Washington -- El presidente Barack Obama canceló un viaje y los demócratas aumentaron la presión sobre los republicanos para que contengan a su facción del tea party y reabran el gobierno sin condiciones.
Los republicanos de la Cámara de Representantes dijeron que con el Congreso y el presidente presentes este fin de semana en la capital, es el momento para negociar un plan que permita reabrir el gobierno.
"Lo único que pido es que nos sentemos, como el pueblo estadounidense esperaría que lo hiciéramos, y que hablemos sobre la reapertura del gobierno y hagamos frente a los significativos problemas que encaramos", dijo el presidente de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, a los reporteros el viernes. "Esto no es un juego".
Los líderes republicanos dijeron el viernes que la Cámara sesionará el sábado de forma que puedan continuar aprobando proyectos que reabrirían ciertas partes del gobierno federal. La Casa Blanca respondió con nuevas amenazas de veto y exigió que el Congreso reabra las labores de todo el gobierno.
Mientras tanto, el Departamento del Trabajo no emitió su informe mensual sobre el empleo para septiembre que iba a dar el viernes debido al cierre.
La Casa Blanca consideró "completamente evitable" el cierre, que el viernes cumplió su cuarto día, y lamentó que la paralización interfiera con las gestiones del mandatario de promocionar el comercio y la influencia de Estados Unidos en el resto del mundo.
Los demócratas resaltaron los desacuerdos entre republicanos, donde el renuente liderazgo está siendo azuzado por figuras conservadoras como el senador Ted Cruz para que se enfrente con la Casa Blanca en torno al financiamiento gubernamental y la reforma de salud.
Para restaurar las labores del gobierno, "hará falta cierto entendimiento en la parte republicana", dijo la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
"Es muy difícil negociar con los republicanos cuando no pueden negociar entre ellos", declaró Pelosi al programa "This Morning" de la cadena CBS.
"Este cierre podría terminar hoy", insistió el viernes Obama al almorzar con el vicepresidente Joe Biden en un restaurante local de sándwiches cerca de la Casa Blanca. "Sabemos que hay votos para ello en la cámara".
Boehner y los republicanos culparon a Obama. Indicaron que debería reconocer los fallos de la ley de salud y negociar soluciones como parte de un acuerdo para poner fin al cierre que obligó al paro laboral de unos 800,000 empleados, más de un tercio de los trabajadores civiles federales.
Bohener dijo que Obama está siendo "irresponsable".
La Cámara dominada por los republicanos insistía en financiar ciertos organismos uno por uno, una estrategia que rechazan Obama y el Senado.
El capellán del Senado, Barry Black, inició la sesión del viernes con un ruego a Dios para que "dé a nuestros legisladores la visión y el deseo de ver y hacer tu voluntad".
"Aparta de ellos la orgullosa tozudez que se considera por encima y más allá de cualquier crítica. Perdónalos por los errores que han cometido, inyectándoles el valor para admitir y corregir sus errores", agregó Black.
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