Hace dos años, Kevin Briggs se dio cuenta que contaba con lo esencial para lanzar una organización sin fines de lucro dedicada a llevar atención médica a sectores necesitados en Perú.
El residente del Norte de Texas tiene contactos en la comunidad por su trabajo como ejecutivo del área de salud de IBM y el suegro de su mejor amigo, un ex diplomático estadounidense, fundó una clínica que presta servicio a la población indígena en Coya, en los Andes del país sudamericano.
Así fue como fundó Texas de Perú, registrada como Lone Star Health Care Missions, junto a tres amigos.
La peruana Erika Williams nunca había participado en algo similar. La ingeniera pensó que quizá estorbaría en una misión médica.
"Pero el lenguaje es un gran reto", y este verano viajó por segunda vez como guía y traductora.
La primera misión de Texas de Perú se desarrolló en la clínica Kausay Wasi en agosto del año pasado.
"Habían muchas lecciones que teníamos que aprender y esta clínica estaba bastante bien establecida y al conocer a la gente podíamos hacer las preguntas tontas necesarias y había una posibilidad más grande de que fuese un éxito a que si íbamos por ejemplo a Ruanda, que no sabía lo que íbamos a encontrar en el terreno", señaló Briggs.
En esa oportunidad, el equipo de 21 voluntarios –contando a médicos, enfermeras y personal no clínico — atendió a cerca de 400 pacientes que necesitaban atención ortopédica.
Este verano, el enfoque estuvo en prestar servicios ginecológicos como pruebas de Papanicolaou, histerectomías y ligaduras de trompas, a alrededor de 160 mujeres. El grupo estuvo integrado por 15 voluntarios.
Hasta el momento, los médicos y enfermeras han sido reclutados a través de amigos y la comunicación de boca en boca, explicaron.
La colombiana Martha Ortiz se enteró que necesitaban enfermeras para la misión a través del mensaje que una doctora publicó en Facebook.
"Siempre he querido hacer una misión, ayudar a la gente", dijo la enfermera anestesista del hospital John Peter Smith de Fort Worth.
Cada misión tiene un costo aproximado de entre $75,000 y $80,000, recaudados mediante donativos y un torneo de golf. La organización lleva equipos y suministros médicos.
La clínica Kausay Wasi pide que quienes puedan hagan donativos por los servicios recibidos, pero no rechaza a pacientes que no puedan pagar, dijo Briggs.
Briggs recuerda a un niño que acudió con su abuelo a la clínica. El pequeño tenía un brazo inmovilizado por una fractura que no había recibido la atención médica adecuada.
"No podía usar su brazo. Nueve años y ya estaba discapacitado", recordó. "Fue un procedimiento muy simple para repararlo y listo", agregó. "No parece un esfuerzo herculano el hacer eso, pero el estar ahí tiene impacto".
El agradecimiento, la inocencia y la confianza de los pacientes también han tenido un impacto en el equipo.
"Nosotros damos por hecho las cosas, ellos no", dijo Williams, quien trabaja como gerente de proyectos en una empresa de telecomunicaciones.
A Ortiz le gustaría retornar. "Creo que fui bendecida más yo que los pacientes", señaló.
A futuro, Briggs quisiera aumentar el número de misiones en la clínica Kausay Wasi y en Perú. Luego, sueña con llevar más atención médica a otras áreas de América Latina. MÁS INFORMACIÓN
texasdeperu.org y www.facebook.com/texasdeperu
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